
CARTELERA, Miércoles, 14 de Abril de 1999 / Pg.83
La poesía de Alicia Morilla viaja hasta Italia a través de las ondas de la radio
La escritora grancanaria ha conseguido varios premios en el país mediterráneo.
S.S.R. (Sergio Sánchez)
La escritora y radioaficionada grancanaria Alicia María Morilla Cantero no imaginaba hasta hace apenas tres años que sus poemas fueran a tener tan buena acogida fuera de las fronteras de las Islas, y cuánto menos de España. Sin embargo, a través de las ondas radiofónicas, por vía de la asociación Unión de Radioaficionados de Las Palmas, a la que pertenece, esta mujer, esposa y madre de seis hijos, ha encontrado laureados frutos a su labor. En concreto, su obra ha sido merecedora de los premios Internazionale de Poesía Trinacria 1996, dotado con la copa Unione Italo.Spagnola; el Catania e il suo Vulcano, otorgado por la Academia Ferdinandea de Catania por su libro Ventana al mar; y el premio a la mejor poetisa española en la edición internacional de la Academia Internazionale Trinacria, de Messina. Los dos últimos galardones fueron concedidos el pasado año.
Según la autora, que apunta que su afición por la escritura procede de sus años de juventud, el impulso a publicar sus poemas se lo debe a su hijo Tomás Quevedo Morilla. Éste decidió en 1994 pasar a limpio varios de los poemas que su madre conservaba en distintas libretas y publicarlos en un libro que fue encuadernado por Juan Santana. A esa primera publicación la seguirían otras, pero ya autoeditadas por la madre y el hijo. «Decidimos constituir una pequeña editorial y publicar nosotros mismos nuestros libros, tras haber aprendido a encuadernar con Juan Santana», explica la poetisa.
A pesar de esa pasión temprana por escribir, Alicia Morilla reconoce que no ha sido hasta hace sólo ocho años cuando ha encontrado el tiempo y la disponibilidad suficientes para desarrollar su afición.
«Ahora escribo todos los días. Para mí, la vida es poesía», declara esta mujer que cree que «no hay gente mala. A mi», señala, «la gente me parece maravillosa, yo miro lo bueno de las personas, y creo que todos llevamos un poeta dentro». En cualquier caso, su vena de poeta la ha heredado su hijo Tomás.